viernes, 18 de enero de 2008

soy contento.


Sabén qué pasó cuando perdimos el gordo de navidad?
Nada.
No pasó nada.
Nos miramos todos a los ojos y antes del primer comentario pesimista el mati salas sacó fuerzas de nosedonde y su voz nos dijo: “no se preocupen. Les prometo que algún día se nos va a dar. Algún día vamos a tener el barco loco”.
3 frases cortas que significaron uno de los más grandes discursos que jamás haya escuchado, en un momento en el que la angustia y la desazón subían por las escaleras hasta el primer piso que ocupa esta agencia.
En este instante me di cuenta, lo advertí, tuve la revelación: el mati salas no es un guaso que suela estar contento. No señor.
El mati salas es contento.
Se lo dije y, lejos de hacerse el boludo, se hizo cargo. “si, sacha. soy contento”.
Entonces empezamos a reflexionar y nos dimos cuenta de la diferencia entre la gente que está contenta y la gente que es contenta. Y nosotros queremos instalar una nueva forma de tomarse las cosas, para hacer de este mundo un mundo contento.
Queremos gente que sea contenta, como por ejemplo el chapulín romario, que es contento. No así, qué se yo… pablo echarri, o meolans.
Ojo. Ellos son grossos, gente muy respetable y talentosa, que pueden estar contentos cuando ganan algo, cuando cumplen años o esas cosas.
Pero no son contentos.
Contento es el mono de kapanga, por ejemplo.
Federer es contento? No. Es el mejor del mundo y quizás de la historia, pero no es contento.
Pero hay mucha gente que es contenta y esa gente es gente muy linda, que le hace bien a uno. También es importante aclarar q hay q ser contento cuando el contexto ayuda, pero cuando no también. En las buenas y en las malas. Ahí se ven los contentos de verdad.
Si sos contento entonces todo se vuelve más mejor y menos peor. Más lindo y menos feo.
En serio, piensenlo. De ustedes depende ser un eric cantoná o un nelson vivas.
Un cucho parisi de los decadentes o un pomelo amargo como juanse de los ratones.
Por un mundo contento.
Sumate.

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