lunes, 31 de marzo de 2008

superheroe.


De chiquito nunca tuve un superhéroe que me entusiasmara hasta quitarme el sueño, imaginándome en su lugar.
Mientras todos añoraban despertarse una mañana con la fuerza de he-man o la velocidad de flash, yo me levantaba todos los días con la idea de irrumpir en el set de grabación de El Chavo, esperar que Quico haga un desplante de nene rico y entonces meterme y darle una tunda tan pero tan fuerte que lo deje contra la pared, gritando el “grrrrrrrrrrrrrrrrr” más largo de la historia. Entonces invitaría al Chavo con una torta de jamón, a Ron Damón con un porrón de litro y medio y me quedaría con ellos charlando del necaxa, las chivas de guadalajara y el monterrey, además de bardear con énfasis al puto de Barriga.
Eso de chico.
Pero ahora de grande, sí tengo un ídolo y es este guaso. El hombre detrás de la cortina.
Ahora hace más de una semana que no lo veo y ya extraño su mirada, la elevación de sus cejas, la forma de pronunciar sus estrategias más perfectas.
Sos mi superhéroe, Ben.
Volvé pronto. Por favor.
Y si de casualidad andás por estos pagos y te lo encontrás a Quico en algún piquete de la abundancia, dale pa que tenga.
se lo merece.

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