Sale de noche a trabajar,
se pone lo tacos de mamá y aquella vieja cartera.
El charol ya se quebró, como lo hizo su corazón.
De comer tiene que traer, una casa mantener
y solo es una quinceañera.
De reir ya se olvidó y creer en la primavera.
Vuelve a casa al amanecer, con la tristeza en su piel
y unas monedas en su cartera.
Su perfume ya se fue y todo gira en su cabeza...
Cierra los ojos y empieza a soñar,
que él vendrá y la llevará a volar.
Y junto a él, la vejez recibirá
y ya no habrá porque llorar!