viernes, 2 de noviembre de 2007

belgrano vs talleres.



Custodios para el fútbol cordobés

Por Gustavo Aro l De nuestra Redacción.

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La pelea por la 1.309.

En el deporte, el Proceso también tuvo influencias nefastas. En Córdoba pasó algún tiempo para que se sumergiera en el fútbol.
En 1980 se intervino la Liga Cordobesa de Fútbol y se puso fin a una tradición democrática que se había sostenido desde que fue fundada, en 1913.

La polémica resolución 1.309 (que llevó a Talleres a Primera División) fue la llave para intervenir la Liga.

La 1.309 generó una larga porfía en Córdoba, que dividía a los que querían que Talleres fuera a la AFA (en esa línea se enrolaba el general Luciano Benjamín Menéndez) y a los dirigentes de la Liga, que no se oponían a que la T se fuera sino que pretendían que la plaza fuera de Córdoba y que se revalidara todos los años.

El por entonces presidente de Talleres, Amadeo Nuccetelli, reconoció después que el club de barrio Jardín recibió el apoyo del Tercer Cuerpo del Ejército, con Menéndez de por medio en las negociaciones.


Reuniones custodiadas

Antes de la intervención a la Liga hubo muchas reuniones en las que los dirigentes debatían el futuro del fútbol cordobés custodiados por "señores armados hasta los dientes” según recordaron testigos de aquel despropósito mayúsculo. Una de esas reuniones fue interrumpida por una llamada del interventor federal en Córdoba, brigadier Adolfo Sigwald, quien convocó de urgencia a las autoridades, en horas de la medianoche, para que fueran a la Casa de Gobierno.

Ahí fueron recibidos por el interventor militar y todos sus ministros. Sin que medie palabra, Sigwald tiró la amenaza: “No es una presión, pero es una obligación para con el interés de la gente que Talleres vaya al Metropolitano”.

Los dirigentes, que tenían resuelto no autorizar la partida de Talleres,siguieron su reunión en la Liga. Pero la presión del gobernador no se hizo esperar: a las dos horas envió a su hijo para que presenciara el desenlace.

Sigwald (h) entró a la reunión, se sentó y siguió cada detalle de las discusiones. “No habló, no participó, pero su presencia fue un elemento depresión”, contó después un dirigente. La reunión terminó a las 6 de la mañana con la decisión de concederle a Talleres la participación en el Metropolitano de 1980.


Un interventor albiazul

El fútbol cordobés quedaba bajo el poder de las botas. El primer interventor de la Liga fue Amado Roldán, socio de Talleres, quien llegó a través de la resolución 6.384, originada en el Ministerio de Gobierno de la Provincia de Córdoba.

Lo tragicómico de esa puesta en escena fue que, un día antes, el mismísimo Sigwald había dicho a los dirigentes de la Liga que se quedaran tranquilos porque no había intenciones de intervenir a la institución.

Luego de esta decisión, los clubes se autoconvocaron para ver qué podían hacer. Pero había que andar con mucha cautela, no eran tiempos para discrepancias con el gobierno. Comenzaron las reuniones en el Club Palermo. Sin embargo, algunos clubes dejaron de asistir a las reuniones.


La voz del interior, domingo 26 de marzo de 2006


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